Tengo treinta y cinco años ininterrumpidos corriendo, haciendo pesas y practicando ejercicios de flexibilidad. Para mí el deporte es esencial para mi salud física y, sobre todo, mi salud mental. Nunca soñé con ser un Arnold Schwarzenegger, me limité simplemente a que el ejercicio me sirviera para dormir tranquilo. Están ya científicamente comprobados los beneficios del ejercicio para el bienestar integral del ser humano, y yo lo he comprobado mil veces. El rector Christian Torres Ortiz, líder máximo de nuestra casa de estudios, es, me consta y le consta a muchos, un apasionado del deporte, practica la carrera de fondo en serio y conoce perfectamente los beneficios de ejercitarse. Muchos universitarios ahora se han subido a la avanzada que ha impulsado desde el inicio de su gestión el rector Torres Ortiz: educación, cultura y deporte, los pilares de la formación universitaria. Estoy seguro que nuevos adeptos del deporte se han ganado en los últimos cuatro años, solo con seguir el ejemplo rectoral. Por eso, el hecho de que se haya remodelado el polideportivo del campus Colima, que cuenta con una gran actividad deportiva (clases de karate, baloncesto, natación, voleibol, fútbol) en sus diferentes áreas deportivas (alberca, cancha de fútbol, pista olímpica de tartán para atletismo, campo infantil, el propio estadio San Jorge recién reactivado, etcétera) no habla sino del patente compromiso de este rectorado con el deporte como una manera efectiva incluso de regenerar el deteriorado tejido social de nuestra entidad. Las instalaciones universitarias y los programas que se ofrecen son mucho más que dignas y es un honor que los universitarios (la comunidad estudiantil y los trabajadores) se apropien de ellas y las usen como si fueran parte de sus actividades cotidianas y no como un delicado ornamento que no se puede tocar. Las áreas deportivas de nuestra universidad (los polideportivos y demás espacios) están abiertos y son plurales, no se discrimina a nadie sino que se invita a que sean usados por quienes vean también en el deporte no un mero divertimento sino una vía para, como ya he dicho, nuestra formación integral. Hágase una gran campaña para todos aquellos que no saben que estos espacios para el deporte existen y están, para nuestra comunidad, al alcance de la mano.
PARACAÍDAS | Rogelio Guedea