En días pasados se presentó en la Pinacoteca Universitaria el libro: “A fuego lento. Avistamientos interdisciplinarios sobre alimentación, cultura, poder y sociedad”, que coordinaron los destacados investigadores Jorge González y Gilberto Giménez. El evento fue organizado por la Universidad de Colima (UdeC) y el Colegio de Colima, éste último fundado en 1975 durante la gubernatura de Carlos de la Madrid Virgen y actualmente presidido por Miguel Huerta Viera.
Xóchitl Trujillo-Trujillo, coordinadora general de Investigación de la UdeC, presentó a los participantes de la mesa conforme al orden de sus intervenciones: Miguel Huerta Viera, Jorge Alejandro González Sánchez, Jaime Alberto Bricio, Mónica Ríos Silva, Gabriel Govea Acosta, Dora Argentina Cabezas Elizondo, Ana Bertha Uribe Alvarado y Karla Covarrubias Cuéllar.
Jorge González, al tomar el micrófono, explicó que “A fuego lento” conjunta una serie de trabajos que se desarrollaron a lo largo de tres años, como parte de un seminario sobre cultura y representaciones sociales en la UNAM, así como en el Doctorado en Ciencias y Humanidades para el Desarrollo Interdisciplinario que imparte la Universidad Autónoma de Coahuila; en este segundo caso, se trató de estudiar el problema alimentario de una forma distinta.
Recordó que en 2008 la Organización Mundial de la Salud sugirió al gobierno de México que aceptara que había dos pandemias que sufría el país: obesidad y diabetes; en este sentido, Jorge González dijo que lo anterior se debía a que hubo una mutación en la forma de alimentación mantenida durante siglos, poco después de la Segunda Guerra Mundial. Por lo anterior, explicó, propusieron realizar el estudio bajo la metodología de los Sistemas Complejos, según el científico Rolando García Boutigue, quien fue director del Programa de Circulación Global de la Atmósfera (ONU), así como maestro y asesor de Jorge González.
Sobre Rolando García, expuso que fue autor de un estudio muy polémico en torno a una hambruna en el Sahel (África), de la cual se pensó que era consecuencia de una gravísima sequía. Sin embargo, conforme realizó el estudio se dio cuenta de que anteriormente habían sucedido sequías más severas en décadas pasadas, sin consecuencias letales.
Después de arduos estudios y análisis, Rolando introdujo una hipótesis geopolítica y antropológica en este fenómeno y llega a la siguiente conclusión: “La naturaleza se declara inocente”, que da título a un volumen de tres tomos.
Dicha hambruna, demostró Rolando García, se debió a las políticas de dos grandes potencias sobre ese territorio, el cual abarca la franja inmediatamente inferior al desierto del Sahara, es la más ancha de África y va del océano Atlántico al Índico. Estas potencias son Estados Unidos y Rusia. Tras esta conclusión, fue investigado por la CIA y nunca más realizó estudios a nivel internacional.
Dicho lo anterior, Jorge A. González dijo que consideraron a esta metodología interdisciplinaria para el abordaje de la diabetes y la obesidad mediante el esbozo de un sistema alimentario y la siguiente pregunta: “¿Cuál es la dimensión simbólica de los sistemas alimentarios, por qué cambiamos?”, y ejemplificó: “Atender a un diabético, en el desierto de San Luis Potosí, al mes cuesta 15 mil pesos, es incosteable”.
Ante esta problemática, contó, “intentamos convocar a los mejores especialistas en diferentes disciplinas, que estudian este problema, para conversar, conformar un equipo y hacernos preguntas cruzadas para poder trabajar esto de una manera menos lineal y puntual, como casi siempre se hace, y fracasamos”.
Este fracaso se explica, dijo, “porque hay cierto tipo de problemas que no se dejan estudiar por una sola disciplina, pues cada una tiene su propio dominio, método y objeto; si no, no es disciplina; pero hay problemas que exceden los dominios de las disciplinas, sus métodos y preguntas”.
En este sentido, agregó, “necesitamos trabajar cada vez más, en temas muy graves, haciendo equipos multidisciplinarios y construyendo un marco epistémico (conceptual, procedimental, metodológico); esto es, una toma de posición común frente al problema, pero no estamos entrenados”.
Después, continuó, “hicimos una red para publicar el libro, con las universidades de Quilmes (entre Buenos Aires y La Plata y la Autónoma de Coahuila), red que trabaja con sistemas complejos”.
De este modo, precisó que este trabajo seguirá hasta conformar una red ibero y latinoamericana para generar conocimiento sólido respecto a la cuestión, de ahí que el libro que se presentó sea más una serie de “avistamientos” o aproximaciones interdisciplinarias hacia este fenómeno alimentario que un proyecto ya concluido. Lo que sigue, adelantó, es continuar el siguiente año con más actividades.